martes, 13 de septiembre de 2011

El Conejito Valdez

Erase  una vez un conejito llamado Valdez  que vivía en el hermoso Prado cerca de la ciudad de Aranjuez. Un  día cansado de  empacharse de zanahorias del huertecillo de  una linda casita junto al camino, decidió partir en busca de aventura. 
Al día siguiente se  levanto muy  temprano y partió  llevando  consigo algunas  provisiones y mucha agua. Tras  mucho  caminar se interno en el centro de el bosque a lo  lejos divisó  unas enormes zanahorias que a penas las tuvo cerca comió y comió hasta saciarse, estaban frescas  y muy  jugosas. Al poco rato quedo profundamente dormido sobre la sombra de  un árbol. De un momento a otro empezó a escuchar una voz…   pensó que era un sueño, pero cada vez eran mucho mas cercana, hasta que de un sobresalto despertó tembloroso  y asustado. Grande fue su sorpresa al ver a  un cazador parado frente a él .
- No te asustes  lindo conejito, replico el cazador, que acá al costado tengo una linda casita  con deliciosas yerbas frescas mi intención no es  hacerte daño si no hacer que  tu  visita sea la mas hermosa de tus aventuras.  
 Y aunque en el corazoncito del conejito latía de desconfianza decidió partir con el cazador.Al llegar a casa quedó asombrado por su belleza. El muy astuto cazador propuso a nuestro amiguito darse un baño mientras el prepararía la cena. 
- ¿Ves esa enorme  bandeja  que esta a tu costado?- le dijo.Tú solamente tienes que  ingresar allí y empezar a sentir el calorcillo, déjate caer en sueño.Yo voy en busca de vino te despertaré apenas vuelva, ya veras, quedarás totalmente relajado. 
Valdez accedió ante tal petición e ingreso con tanta alegría que no sintió siquiera que apenas puso su piecesito ¡cataplun! resbalo y cayó en el interior, el cazador se abalanzo  rápidamente y tapo la bandeja con una piedra para que el conejito no saliera más.Al comienzo nuestro amiguito no sentía el calor pero conforme transcurrían los minutos empezó a sofocarse.Valdez empezó gritar con mucha desesperación ¡auxilio!, ¡auxilio! ¡¡¡Auxiiiloooooo!!!.... pero sus gritos eran vanos. 
Una linda princesita que  por allí pasaba y que andaba perdida hace muchos días en el  bosque, escucho los gritos de Valdez y con mucha desconfianza se acerco a la puerta.  Toco  muy suavemente y al ver  que nadie contestaba ingreso lentamente, cada ves eran mas  agónicos y desesperados los  gritos de  Valdez, con mucho esfuerzo logro quitar la    piedra . 
Valdez  una vez  libre narro todo sucedido a la princesita ambos idearon un plan para  cundo el cazador retornara.
Alo lejos se escuchaba unos silbidos y cantos muy alegres, era el cazador se estaba  acercando ya ala puerta,Valdez corre a esconderse, la princesita coge una sillita que estaba a la mano y se sentó. 
- Caramba, ¿Qué es lo que ven mis ojitos?  Si no es nada  menos  que la  hija del Marqués de  Borbón   dueño de casi  todos los cultivos mas ricos y hermosos  de estas tierra.- Dijo el cazador lleno de asombro. 
- Perdone señor  cazador, lo  que pasa es que anduve perdida por estos lares y no  he  podido encontrar el camino de regreso a casa. – Replicó la niña algo temerosa. 
- Bueno eso no es problema mañana a primera hora te llevó de regreso a casa, pero primero cenemos un riquísimo conejo que deje al fuego a estas  horas ya debe estar listo.
La felicidad se reflejaba en su rostro y como para darle confianza a la bella princesita, inmediatamente se acerco hacia el fuego levanto la tapa y con un cucharón empezó a remover lo que  supuestamente era el cuerpo de Valdez. La princesa se abalanzó  sobre él y le dijo:
- Perdone señor en  agradecimiento a lo que hará por mi el día de mañana déjeme servirle  la cena. 
El cazador no cabía de alegría, pues  tenía al conejo, tenía el vino y a la más bella princesa sirviéndole la cena. 
- Bueno – replicó - pero que sea inmediatamente llevo tanta hambre que me comería un león  ahora mismo.-
- ¡Aha!, no me equivoque, este  conejo era viejo, esto esta muy duro pero bueno a caballo regalado no se le miran los dientes y echo a reír. - Esa noche tomo tanto vino que cayó profundamente dormido. 
Al  día siguiente se levanto muy temprano para ir al rió a darse un chapuzón, grande fue su sorpresa cuando en vano trataba de salir y no podía. La panza le pesaba más de la cuenta.Se acercaron a él la princesita y Valdez riendo a carcajadas, le hicieron prometer que  jamás trataría de comerse animalito alguno del bosque o  nunca saldría del rió este  crecería y se lo llevaría . 
El  cazador juro una y mil veces  que  así lo haría y a partir  de ese día  se convirtió en el guardián de  nuestros amiguitos del  bosque la princesita invitó a Valdez a vivir en palacio y lo nombró  “ Embajador  de la Amistad
  Así nuestros amiguitos del bosque podrían vivir tranquilos por el resto de sus  días.

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