viernes, 26 de agosto de 2011

El cuy y el Zorro

Durante  muchos años un Cuy vivía lamentándo su mala suerte, no podia entender el no ser  tan astuto como el zorro, se pasaba los días admirando  sus  proezas que  por  cierto no eran tan admirables.
Un día organizo una fiesta en casa y se tomo la molestia de ir a buscar al  Zorro personalmene y a pesar de que este no se sintió muy motivado y a  gusto de asistir a la fiesta en casa de Sr. Cuy llego a ser convencido, al  final decidió ir.
Nuestro amiguito, el Cuy regreso a casa muy pero muy contento, porque según él tendría al invitado mas ilustré de las alturas.
Se paso las dos semanas siguientes organizando los mas mínimos detalles de la que sería la fiesta más importante del año.
Tenía todo preparado y sucedió así todos asistieron a la fiesta el Zorro que por cierto tenía preparado su plan de llevarse todas las gallinas, gallos y pollos del corral espero el momento preciso y cundo ya se había ganado la confianza de este decidió poner en marcha su plan . 
En medio de la fiesta pidió ser escuchado y empezó agradeciendo a su   gran amigo el Cuy por la reverencia que había tenido en invitarlo a su   fiesta y acto seguido prosiguió  a informar acerca de la peste de  aves  que se  avecinaba indico que contagiaría  a todos los animales de las alturas por ello era muy importante que él se los llevara a casa para poder ponerlos en cuarentena y así proteger y cuidar al resto de animalitos del lugar.
 El señor Cuy muy emocionado y embobado por la sabiduría del Zorro se ofreció ayudarle a empacar todas las aves que habían a su alrededor eran  tantas que el Zorro estaba pensando en comer todo el año sin trabajar
El gallo que por cierto era  el que  mas desconfiaba de la sabiduría de el  zorro y de sus “ tan buenas intenciones” mientras todos se divertían logro cambiar el cargamento por rocas muy pesadas.
Al día siguiente cundo el  Zorro decidió regresar a casa no cavia de felicidad, no reviso los atados, se los echo al hombro y partió, ya por el  camino el peso se le hacía  insostenible y conforme caminaba iba dejando un saco tras otro, llego a casa molido  por el gran peso que había llevado y la distancia que había recorrido a  duras penas  logro desatar uno de los sacos   que hizo llegar a casa.
Grande fue la sorpresa al encontrar dentro de los sacos rocas.
El gallo al dia siguiente volvió a cantar su quiquiriquí al escucharlo el Cuy fue  a visitarlo, el gallo le contó que él nunca confiaba en la sabias palabras de el   zorro así que decidió cambiar los sacos.
Desde  ese día las alturas de Perú dejaron ser del Zorro los  animalitos entendieron que  siempre será conveniente desconfiar de extraños pues  puede que les salve la vida.
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario